La vida de un stripper profesional, no es tan fácil como se podría creer. Muchos comienzan desde muy jóvenes a bailar ante hombres y mujeres que solicitan sus servicios.
Deben prepararse físicamente, con un arduo entrenamiento en el GYM; y otros también se preparan mentalmente, con la finalidad de tener un equilibrio en su vida. Cuidan mucho su alimentación.
Algunos de ellos, son heterosexuales; sin embargo en muchas ocasiones el trabajo está en lugares de la comunidad lgbt en la Zona Rosa, en Garibaldi, entre otros.
El bailarle a hombres es parte de su trabajo y no les molesta, al contrario, lo hacen con gusto pues se dan cuenta de que son los que más los buscan; y en muchos casos los buscan por tener aspecto de “chacal”.
Por otro lado, hay un tema que a muchos nos intriga, y es ¿cómo hacen cuando tienen pareja? Sus parejas saben a qué se dedican y además, buscan equilibrar su vida personal con la laboral, separando cada una y dándole también su tiempo y dedicación a cada aspecto. Aunque es cierto que muchas parejas no aguantan el ritmo y en ocasiones, ha sido causa de separaciones.
Por otro lado, el ser stripper, lo ven como una oportunidad de darles lo suficiente a sus hijos; una buena educación, vestido y que nunca les falte qué comer. En ocasiones han tenido que elegir entre un trabajo de «godinez» o el baile; y el ganador ha sido el baile, por las ganancias que obtienen y el horario.
Hablando de cuánto ganan, pues depende mucho del cómo baile, del cuerpo; de qué tan solicitado sea; si lo contratan para fiestas, etcétera. Pero hay antros grandes en donde les pagan hasta 1,000 ó 1,500 por un show; hay otros donde pagan 200 pesos; y es por eso, que procuran hacer varios shows en una noche.
También hacen shows en eventos privados; a veces los solicitan para trabajos u oficinas y hasta escuelas. Por los eventos privados, también depende del stripper, pueden ser desde 1,500 por un show de 45 minutos a una hora. Dependiendo del ambiente del lugar, de si hay desnudo total o no.
Algo que no hay que dejar de lado, y es muy importante, la seguridad del lugar en donde darán el show; ya que en ocasiones, mientras están trabajando les avientan cosas como hielos, limones, corcholatas, entre otras cosas más. Esa, es una de las partes difíciles de mostrar la piel abiertamente; a muchos de ellos, los han agredido.
Otra de las partes difíciles de este trabajo, es que les pueden cancelar el show. En algunos bares les dicen que ya no, gracias, porque no hay gente o porque va a haber operativo; o porque llegan tarde.
En cuanto al horario, lo mismo pueden llamarles a las 2 ó 3 de la mañana o en la tarde; y a los que les gusta ganar más dinero y se lo toman con profesionalismo, acuden a los llamados.
Y bueno, hablando del futuro de los strippers… Ellos saben que este trabajo no será eterno, ya que llegarán unos más jóvenes, con mejores cuerpos, mejores shows. Es por eso, que algunos buscan prepararse para después hacer otras cosas como por ejemplo, ser entrenador personal; algunos saben disciplinas como capoera, pilates, kick boxing, box-thai, y gracias a eso, tienen la posibilidad de dar clases. En algunos casos, hay strippers que hacen sus ahorros y ponen algún negocio.
Sabemos de varios casos, en donde opinan que lo más satisfactorio de ser stripper ha sido, el haberles dado educación y sustento a sus hijos. Mucha gente cree que son gente ignorante, pero la mayor parte de ellos tienen estudios, son casados, tienen un patrimonio.
Es un oficio difícil porque en el ambiente que se manejan, es fácil caer en las drogas y el alcohol. Pero también es gratificante, porque entre otras cosas, gracias a eso, muchos se han dado el lujo de viajar y conocer gente valiosa e interesante.
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